Entrada destacada

Alguna vez pensé que podría escribir una gran historia. Después, supe que siempre, en algún lugar, alguien estaría contando una mejor. ...

EL MENDIGO

Poesias ya no tan callejeras pero queriendo entender cada paso...

miércoles, 6 de septiembre de 2017




-Introducción a la violencia como costumbre del olvido-

Primero la realidad, después las palabras.


La necesidad se va conformando junto con la realidad y de ahí salen las ideas. La luz se pone en un problemática para que sea visible, en algo que ya existía. Se llega a esa práctica como algo sistemático, de mucho tiempo de silencio, donde la aceptación social y también popular brindaba apoyo sin dejar antecedentes ni reproches.

Se construye mediante las voces calladas, amordazadas, por mucho tiempo por los poderosos, por los manipuladores de la vida ajena.
Podremos decir que todo se mercantiliza, que todo se convierte en un negocio, pero lo deciden aquellos que inducen a hacerlo, que utilizan a la mano de obra como instrumento.

La práctica como costumbre de lo establecido debilita las mentes y cierra los ojos con palabras ajenas, de esa forma hay quienes miran por los demás, hay quienes son intermediarios entre la “realidad” y la realidad.

Para conocer la historia, hay que conocer la verdad. Entender que lo paso no es algo individual, es algo colectivo.  Es ver más allá de la fantasía del núcleo familiar, es concebir que sea la historia de una época, es entender que nuestro relato es producto y resultado de esas sociedades tan dispares, pero tan lineales en pensamiento.

Recurriremos a la memoria para interpretar el presente mediante el recuerdo no espontaneo de un pasado que fue forjando intensamente la naturalidad de los hechos con emotiva y violenta mentira

La violencia no evoluciona, no se transfiere de forma mágica, es un carácter psíquico que funciona de manera colectiva pero desde una perspectiva individual, quitándole al sujeto el reconocimiento entre lo individual y lo colectivo. Se identifica con el otro, incondicionalmente, con el que la tortura no le extirpa alguna palabra.

Esta conquista de la cultura y lo social no pretendió dejar rastros  en los individuos, su principal objetivo fue borrar todo ese pasado. Fue que se entienda la lucha obrera sin puntos en contacto a lo largo del siglo XX.

Rompo lo establecido para imponer una conducta: la civilización blanca y callada. Utilizo esa mentira para truncar el presente. Debilito todo a mí alrededor, pongo a mi merced las palabras de elogio.

Esta es una construcción, una red que encierra falsos enunciados, secretos, prohibiciones consientes que circulan y se trasmiten a las próximas generaciones: disimular el pasado, entregarlo al olvido.

Si hay recuerdos que sean clandestinos, que lo oculten los miserables. El camuflaje, ignorante disfraz, inquietante punto de vista del apropiador de libertades.

El origen, la familia, la historia, el que busca es encontrado, silenciado, escases de respuestas, incontables preguntas.
Dejar de ser nosotros mismos, influenciarnos por ellos para cambiar la realidad, para forjarnos un futuro a raíz de un presente lleno de dolores.

Se está sujeto para dejar de serlo. Sin descendencia, sin lugar, sin historia, sin libertad aunque sea libre, sin antecesores pero ya con antecedentes, con sirviente materialidad, con la inmaterialidad del más allá.

La despersonalización del Yo para para cortar con la sangre revolucionaria, sangre roja llena de reclamos, dignidad rebelde, la pertenencia dentro de un modelo colectivo que no solo se manifiesta en lo teórico, se lleva a la práctica con visión de futuro evolucionario


EL MENDIGO…

viernes, 10 de marzo de 2017

"Tu solías ser la mejor, así que eso te hace la peor”


Por un instante las palabras en mi
contra juegan, negativamente 
se alinean los planetas
y las fotos sin cámara aparecen
otra vez.
Un estilo siniestro, formas de ver
la realidad, morbosa
persecución para encontrar
aquello que se sabe
pero no se ve.
No hay nada peor que los ojos
cerrados y el corazón en la mano
para ser irracional.
La pantalla me devuelve una
imagen habitual
de palabras y problemas,
de cortante inseguridad.
Tranquilo y ordenado busco
la salida, seguro es
por donde entre, aunque la lógica
en esta historia jamás fue sensata.
Esta vez me alejo sin lágrimas
secas en las manos, sin recuerdos
que perturben mi mente,
sin perseguirme en mi caminar.
Las noches serán cortas,
no abra espera, letras, música,
recuerdos, ni sal, aceite, ni vinagre,
ni enredarme con la soga
creada de simples olvidos
y terminar colgado con ella.
Olvidos de los que se te escapa
una sonrisa tierna,
en los que vivirás por siempre
y al menos el día será día.
EL MENDIGO...

jueves, 9 de febrero de 2017

Algo así como un dolor



Sé que busco la realidad en la pantalla
para justificar tu indiferencia.
Me dijiste que la espera es una excusa
y todo volverá a ser normal
cuando te encuentres, otra vez
El camino solo se va oscureciendo
sin dar un paso, en ninguna dirección,
parcialmente nublado el cielo
y me conformo con lo artificial
pedestal que se desmorona
cada día sin letras ni canciones.
Quizás las palabras terminaron
siendo solo eso,
estoy cansado de quilombos
y el pensar para no olvidar
me está volviendo loco.
Quiero la cerveza como intermediaria,
quiero tu vos en mi mano, quiero tu mirada,
tu abrazo cercano, tus retos y puteadas.
Pero lo que no pretendo aceptar
es el silencio que se creó entre los dos.


EL MENDIGO

lunes, 28 de noviembre de 2016

Una tumba sin nombre (Dedicado a Paco Urondo)

Al cerrar los ojos contemplo ese laberinto
de líneas rectas que me llevan al cadalso.
Los sueños me muestran una penumbra, 
desconocido paisaje de cordillera
que ya no me sorprende, agoniza.

Me siento extranjero y todo es improvisado,
no muy eterno.
No estoy solo en un presente aterrador,
las imágenes de compañeros se suceden
una tras otra
y caen y caen.
No es mi mente que me engaña,
ni la rutina a romper día a día;
es la historia que no cuento,
es el poema que me olvida,
es la palabra que callo,
es el rostro con barba
que se desploma,
y yo pienso que si él ha muerto así,
nosotros, hombres de su generación,
también terminaremos de mala manera,
derrotados o con un balazo trapero
y los ojos abiertos…**
La muerte y los errores me persiguen,
vienen tras de mí.
Mis ojos ya no son
el reflejo inteligente
que teme cada paso en falso,
cada orden opuesta a la realidad,
la sangre derramada, inconsciente,
pero no inocente a las frases que escribo.
Hay un abismo entre mi pluma y sus comunicados;
es el amanecer y el anochecer,
es la agonía de mis futuros sustantivos,
es el verbo que se apropia del ahora.
Con un pie en cada labio de esta grieta que se abre
a los pies de mi gloria: saludo a todos, me tapo
la nariz y me dejo tragar por el abismo.*
Llevo la pastilla, el revólver, el corazón en la mano,
la decisión de arriesgar a quienes quiero,
la revolución en el cuerpo y la agonía en las piernas.
Tropiezo porque me siento solo,
el olvido me busca y sé con seguridad
que se apropiaran de mi nombre,
de mi tumba sin nombre,
las letras ocultas, el recuerdo,
muy lejano, un tenue recuerdo,
un fugaz pensamiento.
El antiguo estupor de la elegía
Me abruma cuando pienso en esa casa
Y no comprendo cómo el tiempo pasa,
Yo, que soy tiempo y sangre y agonía.***
EL MENDIGO
*-Del otro lado- Francisco Urondo
**- Poema al Che- Francisco Urondo
***-Adrogué. J.L.Borges

viernes, 30 de septiembre de 2016

Nada más...

Extiendo mi mano buscando el celular
porque es lo único que nos acerca,
que acorta las ilusiones
Y alimenta las rarezas.
Algunas sonrisas,

también las lágrimas,
asoman entre una perturbadora atracción.
Mis palabras subidas de tono,
tu boca siempre buscando algo más,
que si te encuentro,
que si me olvido,
que me pierdo,
la botellita,
que me redimes,
el reto, 
que no me olvido,
mas palabras excitadas,
que nos conocemos,
que te rescato,
que me empujas,
que la termine,
que siempre esperas que te hable,
que la amnesia me gana,
que cuelgo,
que dejo pasar las cosas,
que te molesta,
que te enoja,
que no discutamos,
que te pongo excusas,
que las dejas pasar,
que te voy a buscar,
que no soy así como pensas,
que me gusta tenerte cerca,
que no me crees,
que quiero que estés lejos,
que me molesta,
que me tranquiliza,
que al fin te creo,
que tenías razón,
que la suma de las cosas es el todo
y esta vez no es nada
y nada es lo que queda.
Y lo escucho a Alfredo volviendo a decir:
“Sin ti no puedo vivir”
Que no creo en las distancias,
pero es lo que nos separa.
Extiendo la mano dejando el celular,
para esperar que vuelva a sonar.


EL MENDIGO…

sábado, 27 de agosto de 2016

Perdido estoy


Búscame en las palabras,
en los recuerdos,
en la memoria de todo
aquello que estas pretendiendo
olvidar.
Búscame en las calles donde
antes nos escondíamos
y hoy nos distancian los abrazos.
Búscame en el silencio
que guarda tu boca
y tus ojos ya no cerrados
no me sienten ni me mienten.
Búscame en la punta de
los dedos antes que se caigan
las ultimas caricias.
Encuéntrame que me perdí
jugando a las escondidas
en un lugar lleno de personas.

EL MENDIGO

miércoles, 29 de junio de 2016

El cielo es el color que me desvela

El hoy es siempre y parecen que los días
no cambian su fisonomía.
Invierto palabras en hojas de virtual satisfacción,
en letras que nunca nadie entenderá su final
en transpiradas noches esperando pagar
lo que creí ya estaba saldado.
Extiendo las manos y nada puedo tocar
cambiar de música no es cambiar de piel.
La oscuridad se volvió a convertir en mi refugio
en mi eterna noche que ya creía, por ingenuo,
que todo terminaba con el nuevo día.
El azul y el blanco forman colores
que están arriba
pero cansado de mirar hacia abajo
se me deformo la realidad.
¿Es justo vivir pagando
por los errores todo el tiempo?
El corazón mal herido que intenta
ser irracional ante las miradas ajenas
y desaparecer del mundo
por un breve tiempo,
por un cerrar de ojos.
Las piernas cansadas tan solo de caminar
con las llamas quemando cada paso.
¿Si encontré lo que buscaba
porque todo juega en mi contra?
¿Es justo vivir pagando
por los errores todo el tiempo?
Me es imposible dar una respuesta
me es absurdo poder cambiar el rumbo.
Las palabras me apuran la agonía,
me complican las respuestas.
Puedo decir siempre que sí,
que la lectura se convierta en gritos,
que el juego se convierta en acción,
que el pretexto se convierta en realidad,
que la discusión sea silencio de miradas,
que el pensamiento sea algo concreto,
que los sueños no nos sueñen más.
¿Hasta cuándo será justo vivir,
todo el tiempo, pagando por los errores?
Cansado de bailar siempre la misma canción...
Esta no es mi noche.
EL MENDIGO…

Me iré solito (me iré despacio)

Mandato desdichado que intenta hacerme culpable,
marcas llevamos en la espalda mochila ya desgastada
que no quiere permanecer, que no quiere (ni puede)
abarcar más.
Miro hacia atrás, me cruzo de brazos y trato de entender
que es lo que paso.
Tanto tiempo sin hacer ni decir nada,
tanta pena escondida que hoy ya no quiere salir.
La obsesión por no lastimar, el miedo a las miradas ajenas,
a los dedos que apuntan, a nuevamente ser el malvado,
ese que todos odian y no quieren cerca.
Las piernas aceleradas, la cabeza quemada de tanto pensar,
la mano con el vaso, los lugares peligrosos, las personas que
me rodean, la libertad que es imposible.
Escapo del recuerdo porque mi fragilidad
ya no me permite volver a caer en todo otra vez.
Pero el presente también el me trastorna
y me alcoholiza el día, una vez y otra vez.
Veo como todo huye nuevamente,
como mi pasado me mira a los ojos
y se me caga de risa diciendo que me joda,
que el juego que jugué se terminó, acaba de finalizar,
el sonido del tiempo terminado, del game over.
¿Si eso que fui hoy se quiere retirar?
¿Es verdad que estuvo bueno?
Si todas las palabras que exprese, que escribí,
que cante, se quedaron en el subsuelo,
en los vagones, en las hojas...
¿Es verdad que estuvo bueno? Repito.
¿Si perdí el control de todo?
¿Si me encerré en mi juventud pasada?
¿Si miro dibujitos para no crecer?
¿Si me tapo la cabeza para que no me ven?
¿Si me encuentro en una situación que no conocía?
¿Si me dejo llevar por sentimientos?
¿Si quiero renunciar a todo lo que creía?
¿Si lo que escribo ya no la quiero escribir mas?
¿Si no quiero más historias para contar?
¿Si quiero enmudecer en tu boca?
¿Si no quiero ser más rehén de la noche?
¿Si no veo la salida de los túneles?
¿Si el almanaque marca cuatro décadas
y no las quiero ver ni aceptar?
¿Si la muerte es solo un mal recuerdo?
¿Si las preguntas son las respuestas?
¿Y si todo lo que escribo es mentira y me lo creo?
¿Si en poco tiempo cambie?
¿Y si las respuestas son la últimas
y me dicen que esta vez sí calle a Poeta?

La mirada registra cada momento
y al desparecer la realidad los ojos se cierran.

EL MENDIGO…

Tus palabras bonitas


Cambia mi falta
de creencia
por tus palabras
bonitas?

Dejo todos
mis sueños de poeta,
porque esas palabras
solo fueran mias?

Mudo quedare
si tu boca susurra
mi nombre
con dulzura y pasión?

Dejaria todo para
que el sueño nunca
alcanze a despertar
despues de poco dormir.

EL MENDIGO

Y yo pyuacá callado